6.10.09

Matar a un Ruiseñor

Nuestro hogar tiene la bendición de ser bañado permanentemente por el suave cantar de diversos pajaritos.
Además del de las cotorras del Jacarandá de enfrente, el sonido más distinguido es el u...uuuuuuuuuu.

A la mañana, cuando cuesta abandonar la cama para arrancar el día, se pueden escuchar las siguientes conversaciones:

ELLA: "Dale, levantante, basta de dar vueltas. Hasta los pájaros te cantan para que te levantes".

EL: "No me cantan a mí. Te están abucheando a vos: u...uuuuuuuuuuu"