Los días de viento generan disputas impensadas en cuanto a la regulación térmica de nuestra alcoba. Mientras YO prendo el aire acondicionado y cierro las ventanas, ELLA se empecina en repetir que hay viento y a su entender eso es suficiente para que nadie sufra calor.
Cuando apago el aire y abro un poco las ventanas, ELLA protesta porque "nos ven".
Esto genera un fuerte dilema y como tal es de casi imposible solución.
Un día de esos donde llegamos a una solución de compromiso (que no nos cierra a niguno de los dos), dormíamos plácidamente con la ventana apenas abierta (mucho para ELLA, sofocantemente poco para mí), empezó a llover copiosamente.
A diferencia de lo que Uds. podrían suponer, lejos de pegarme codazos al balbuceo de "andá a cerrar la ventana", ELLA se levantó, cerró todo y volvió a dormir.
YO, macho como pocos, le ordené que prendiera el aire acondicionado para compensar y ELLA así lo hizo.
Claramente tiene un amante.
No hay manera de que haga todo esto sin una culpa gigantesca que la carcoma detrás.
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2 comentarios:
No, seguramente recapacitó...
Ok, no me la creo ni yo. Tiene un amante, en efecto.
Se equivocan ambos.
Tiene dos.
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